Declaración de principios

Declaración de principios
Fotograma de la película "Ciudadano Kane"

Todo el mundo sabe que el personaje de Charles Foster Kane está basado en el personaje histórico de William Randolph Hearst. De hecho, el hilo conductor de toda la trama, la palabra que dijo Kane antes de morir (y que nadie pudo oír al encontrarse solo en su cuarto, invalidando toda la película, pero esa es otra historia), "RoseBud", era un obsceno guiño a como Hearst se refería a las partes íntimas de su mujer.

Tal insulto a una de las personas más poderosas de la época no podía quedar impune. Hearst intentó por todos los medios detener el rodaje, enviando espías o calumniando a su guionista Herman J. Mankiewicz (hermano del famoso director). Pero contra todo pronóstico, Welles salió victorioso y la película se estrenó.

Hearst no le dio importancia, y pensó que una peliculita nada tenía que hacer frente a su imperio mediático. Pues bien, se equivocó. Orson Welles ganó ese duelo cual David frente a Golliat de la era del cine. No ha pasado ni un siglo y todo el mundo sabe quién es, o le suena, Charles Foster Kane ("Ciudadano Kane"). Y pocos son los que recuerdan a William Randolph Hearst fuera de los ámbitos académicos. Hasta tal punto, que si alguien menciona su nombre en un artículo y quiera destacar su importancia histórica, acompañará su nombre de la frase "el personaje histórico en el que se basó la película de Ciudadano Kane". Así es, Hearst es importante para la historia porque hicieron una película -buena, eso es importante tenerlo en cuenta- basada en él.

La historia de los pueblos y las civilizaciones la construyen sus relatos, su cultura, sus mitos y leyendas, más que sus gestas y su hechos reales. Esa es la fuerza de las industrias culturales, y muy especialmente el cine a lo largo del último siglo. La cultura es lo que define a un pueblo, de ahí su gran importancia, y el que no entiende eso es debido a que carece de ella en el mayor de los casos.

Solo los verdaderos historiadores sabrán la verdad, el resto del mundo seguirá creyendo lo que le cuentan las películas.

Estados Unidos, primera potencia mundial a la hora de contar cuentos (sin contar La India), lo sabe perfectamente. Cómo si no se explicaría esta gráfica que muestro a continuación:

Fuente https://www.les-crises.fr/

Y ahora, por si a alguien le picaba la curiosidad, allá va mi DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS:

  1. La escuela pública, como la sanidad pública, es una de las herramientas más poderosas de una sociedad para garantizar la igualdad entre sus ciudadanos. Y por ello...

  2. Considero que la escuela privada no debería existir. Y en caso de hacerlo, no debería proporcionar unos recursos, a todas luces superiores, a la gente en base a algo tan arbitrario como el dinero que tiene.

  3. Se profesor o maestro NO es una profesión cualquiera. Quien lo piense acabará convirtiendo al Ministerio de Educación en una Empresa de Colocación (y en muchos casos en una ETT). Personas sin vocación abstenerse.

  4. TODOS los alumnos tienen alguna virtud, y es nuestra labor como docentes descubrirla y descubrírsela. Y por ello...

  5. Siempre que escucho un compañero docente empezar una frase con "los alumnos de ahora..." ó "cuando yo estudiaba...", me pregunto que dirían entonces sus profesores de él, o incluso que dirán nuestros actuales alumnos cuando sean profesores.

  6. Todo en esta vida puede ser ejemplificado con un momento de "Los Simpsons", y si es de una temporada entre la 1 y la 10, mejor. Y como muestra, algo que ilustra el punto anterior: twitter.com/alhgo/status/1242039149953257472

  7. (esto vale para cualquier profesión) Desconfío de los compañeros que siempre se quejan de que trabajan más que nadie, porque:
    a) No es verdad
    b) Es verdad porque no son eficientes en lo que hacen
    c) Realmente no les gusta su trabajo (ver punto 3)

  8. En mis clases nunca está prohibido saber más que el profesor.

  9. Si algún día dejo de aprender tanto o más que mis alumnos, es que he perdido mis facultades como docente.

  10. Lo importante no es la nota, sino aprender. No perdamos esa perspectiva ni dejemos que los alumnos la pierdan.

Y si algún momento me siento solo, si creo que no hay nadie en quién confiar, bastará con saber lo que pone en esta pequeña nota:


FUN FACT: cuentan que Orson Welles se encontró en el ascensor con Willam Randolph Hearst cuando todavía se estaba rodando Ciudadano Kane, y tuvo el detalle de invitarle al estreno. Hearst rechazó la invitación, y mientras veía cómo se alejaba, Welles le dijo a su acompañante: esa es la diferencia, Kane habría aceptado. Y por eso, aunque se dice a menudo que la realidad supera la ficción, lo normal es que sea al revés, y desde luego la ficción siempre es más divertida.

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